miércoles, 23 de abril de 2008

Felicidades, maestro

Opiniones
Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.



Costumbres
no es para quedarnos en casa que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Felicidades! Eso es.

Por cierto, va a estar esta tarde en el Círculo de Bellas Artes leyendo El Quijote. Y resulta que la fotógrafa con la que había quedado a las 16:00h se va a cubrir el acto... qué cosas tiene la vida.

Te quiero.