jueves, 24 de abril de 2008

Aguijones envenenados

El bicho ha tomado carrerilla y no para de enseñar, amenazante, el colmillo. Las piezas empiezan a ponerse en su sitio y la figura va tomando forma (apunta un pensamiento en 3 y 3 y cinco de un tal doctor Montes, a alguien le suena?). Qué miedo. Pero qué miedo sobre todo por la pasividad que nos define —libertad y respeto vs. imposición déspota, siempre ganan los segundos (se acaba el tiempo!), en medio del pasillo que le hacen los primeros—.

Al loro:

Aguirre y Rouco pactan que los curas tengan voto sobre el trato a los enfermos terminales

El bicho va tomando fuerza. Y con las malas mañas que caracterizan sus posturas va trazando una tela pegajosa y resistente anclada en aquella podrida santa inquisición vuelta al siglo XXI con el carné de `liberal´.

Y digo yo qué algo habrá que gritar no? Que alguien la tendrá que parar los pies!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo estoy dispuesta a preparar una emboscada. No la soporto. Ni a ella ni a su voz de rata indolente.

Esta noche lo planificamos.